Soñadores: Lucía Verdasco
Lo que hay detrás de la sonrisa: la historia de Lucía Verdasco
En ILUNION Hotels creemos que cada historia personal tiene el poder de inspirar. Por eso creamos Soñadores, un proyecto que nos invita a mirar más allá de los uniformes y descubrir a las personas que dan sentido a nuestra compañía.
Hoy la protagonista es Lucía Verdasco, técnica de negocio digital. Muchos la conocen como “la chica de la sonrisa”, pero detrás de esa expresión hay una historia profunda, marcada por la resiliencia, la sensibilidad y la superación.
Lucía nació prematura, con 925 gramos, y un derrame cerebral afectó a todo el lado izquierdo de su cuerpo: un pie equino varo, espasticidad en la mano y pequeñas adaptaciones que nadie ve, pero que acompañan cada uno de sus días. Aun así, creció sin límites internos, aprendiendo a escribir con dos dedos, ajustando cada movimiento y construyendo una vida sin renunciar a nada.
Otro de los grandes ejes de su historia es su alta sensibilidad, un rasgo que durante años vivió como una carga, especialmente en una sociedad que suele confundir sensibilidad con fragilidad. Con el tiempo entendió que lo que había sentido como un peso era, en realidad, una fuente extraordinaria de liderazgo, intuición, creatividad y empatía. “Hay una Lucía resiliente y una Lucía sensible; ambas conviven, y las dos son necesarias”.
Un lugar seguro para ser una misma
Lucía encontró en ILUNION Hotels algo que nunca antes había tenido: un espacio donde no tiene que esconder quién es. Recuerda un día en el trabajo en el que, saturada por absorber las emociones de su entorno, rompió a llorar. Su responsable se acercó y le dijo: “¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿En qué te puedo ayudar?” Para ella, ese momento fue revelador: “Nadie me había preguntado eso nunca. Ahí supe que aquí podía ser yo”.
Su historia también está atravesada por valores muy arraigados. Creció en un entorno familiar y espiritual que la ayudó a sostenerse en momentos difíciles —como el bullying en el colegio o situaciones de mobbing en la etapa adulta— y que también le enseñó a escuchar su intuición.
Tras una vida llena de subidas y bajadas, Lucía tiene claro su sueño: que la sensibilidad deje de verse como un defecto y se reconozca como el valor que realmente es. Porque —dice— “justo eso es lo que necesita esta sociedad”.
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